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- Los jugos artificiales: por lo general están compuestos de agua de azúcar y colorante. Si estás en la calle comiendo y vas a tomarte un jugo, fíjate en que diga 100% natural, o sea hecho con fruta fresca y solo una porción.
- El agua saborizada embotellada: Contiene mucho sodio y azúcar para realzar su sabor. Revisa que la etiqueta diga que es hecho a base de agua y un sabor natural, de no ser así, opta por agua con rodajas de fruta, con hojas de menta o infusiones.
- Refrescos o gaseosas dietéticos: Aunque diga que son “libres en calorías” también son libres de nutrientes. Las gaseosas lo que hacen es que tu cuerpo retenga líquido y se llene de celulitis. Contiene calorías vacías y lejos de quitarte la sed te la aumenta.
- Los frapuccinos, mocaccinos o cafés muy elaborados: Estas bebidas por lo general contienen leche, crema, azúcar y algunos casos chocolate, lo que las hace bebidas sumamente calóricas. Si estás en un régimen estricto de alimentación no son recomendables que las consumas. Opta por café negro con stevia o leche de almendras.
- El alcohol: Está en la cúspide de la pirámide en cuanto a las bebidas más dañinas para el cuerpo. Se ha demostrado que aumenta el riesgo de obesidad, atrasa el metabolismo, te deshidrata y aumenta el apetito. Por eso es una de las más peligrosas y saboteadoras si quieres perder peso.