Cuando llegan las fiestas y la Navidad, muchos entran en modo celebración, regalos y alegría. Otros, los que están metidos de cabeza en la vida del fitness, empiezan a preocuparse porque las fiestas significan una dura realidad: kilos extra, ¡Llegó diciembre! Calma y control, hay para ambos extremos. Veamos.
Y es que la matemática es así de cruel: si comes mucho y te mueves poco, engordas. Y en las fiestas navideñas muchas veces pasa eso. Estamos visitando hasta a la tía que teníamos perdida, nos sirven un pedazo de panettone. En el trabajo te invitan un ponche crema, surgen cenas hasta por debajo de las piedras. A toda esta vida social acelerada tienes que agregarle la vida propia (que seguramente ya era acelerada).
¡Disfruta las fiestas!
Además es en este momento cuando nos invade la tristeza y nos dividimos entre disfrutar o no. Disfrutamos pero luego andamos arrepentidos, y la verdad es que no tiene por qué ser así. Puedes disfrutar de un diciembre sin tanto rollo (mental) y sin volverte loco con la comida. Estos tips que te pueden ayudar a disfrutar de las fiestas sin tener que recurrir a digestivos:
No vayas a la “cena de navidad” más hambriento que Tom Hanks en “El Náufrago”
Haz tus comidas completas y sanas, no olvides tus meriendas. Si aplicas esa de no comer durante el día, sabes que no va a funcionar. Si vas con algo en “la barriguita” puedes saltarte los aperitivos y disfrutar más la comida principal.
Lleva un plato sano y divertido
Si es una reunión en la que hay varios aperitivos, hay muchas recetas para compartir. Lo ideal es que no estén cargadas de manteca y azúcar como para matar a un diabético. En vez de chips lleva pita para tostar, zanahorias en palitos y céleri. Busca tortas con otros endulzantes. Por lo general, no sólo en la grasa saturada está la diversión.
Llega con el “espíritu de Navidad”
No es que tienes que llegar oliendo a mandarina a la fiesta. Hablo del ánimo que de verdad se debe recalcar en esta época: compartir, disfrutar y dar alegría. Echa chistes, ríete, abraza y besa (cuidado con este último). Además, Navidad no es solo comer y beber, recuerda eso.
Ponte tu límite de alcohol
Fíjate un número y quédate con él. Recuerda que los traguitos son calorías vacías que irán directo a tus cauchitos y revolverás. Y no decimos “no bebas” pero tampoco debes beberte hasta el agua de los floreros. Además, al día siguiente te sentirás como un campeón cuando veas que cumpliste tu meta.
Por lo tanto, si vas con la actitud correcta, vas a disfrutar igual sin que te duela la barriga o te mate el arrepentimiento. ¡Llegó diciembre! Calma y control, disfruta pero, siempre piensa en ti