Cada vez son más las personas que se suman a la fiebre del té y con razón. El té verde, rojo, blanco… todos aportan muchos beneficios. Bien sea en infusión (bien preparada, nunca debes hervir el té con el agua: calienta el agua, retira del fuego y luego viértela sobre las hojas, dejando reposar) o el extracto en forma de suplemento.
Acá te muestro algunos de los beneficios que podría darte el consumo constante de té:
-Es alto en EGCG, sobre todo el té verde/matcha, ayuda a combatir radicales libres, protege nuestros tejidos, órganos, células, etc.
-Actúa como agente desinflamatorio, así que es buenísimo para prevenir múltiples enfermedades. También tiene propiedades anticancerígenas.
-Puede proteger contra el estrés oxidativo inducido por el ejercicio (con el ejercicio se liberan más radicales libres).
-Protege contra la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) que es una inflamación grasa del hígado no causada por el alcohol. Es una de las principales causas de la cirrosis hepática. Las personas con el mayor riesgo de EHNA son los diabéticos, personas que tienen sobrepeso o son obesos y aquellos con síndrome metabólico.
-Puede acelerar el metabolismo e incrementar la oxidación de grasa como fuente de energía, ayudándote a mejorar la composición corporal. Además ayuda a aumentar tus niveles de energía.
-Puede proteger las neuronas de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
-Es cardioprotector, incrementa el óxido nítrico, mejora la circulación y puede reducir la hipertensión.
-Retarda el envejecimiento.
Ahora, nada en exceso es bueno, dos o tres tazas al día son suficientes. Consulta siempre con tu doctor si tienes alguna condición muy específica.