- Parejas dominantes, agresivas y autoritarias, generando resignación y descuido con su propio cuerpo.
- Abusos físicos y sexuales, creando como “armadura mental” la gordura en sí.
- Ocultarse en el mundo, baja autoestima y sentimientos de minusvalía pueden hacer que la persona se “oculte” bajo su propia grasa.
- Autocastigos, al sentirnos no merecedores del éxitos, tendemos a ser prisioneros en nuestro propio cuerpo.
- Rebelión, una forma de romper con las normas sociales o familiares pudiese estar marcada si el ser gordo es parte de la lección que se desea dar a otros.
- Poner a prueba al amor, apartando a nuestros seres queridos.
- Entre muchas otras más, siendo particulares en cada caso.