Si practicas algún deporte, siempre estás expuesto a sufrir alguna lesión. Si haces running es normal que hayas tenido más de una, porque suele ser un deporte con una fuerte carga. Pero hay varios tipos de lesiones, desde deportivas hasta personales.
En el ámbito deportivo, se producen cuando tanto un músculo como una articulación han sufrido daño y esto imposibilita moverse con normalidad.
Lesiones agudas: tienen lugar cuando hay un dolor repentino que puede ser más o menos por intensidad y normalmente se produce por un mal movimiento o esfuerzo.
Lesiones crónicas: no son puntuales, sino que se llevan arrastrando un largo período y no se curan de forma inmediata, necesitan más tiempo para recuperarse. Siempre es mejor tener una recuperación total para seguir practicando deporte o bien movernos adecuadamente.
Lesiones de rodilla, esguinces de los músculos, fracturas, lesiones en el talón de Aquiles y dislocaciones son, entre otras, lesiones frecuentes cuando haces ejercicio.
El método más utilizado para las lesiones deportivas es el RICE: reposo, hielo, compresión (poner presión sobre la herida) y elevación (elevar el área lesionada a un nivel más alto que su corazón). Conviene asistir al fisioterapeuta para pactar un tratamiento a medida. Los médicos tratan las lesiones más graves con medicamentos, limitación de movimiento, cirugía, fisioterapia y reposo.