- El siempre entrenar las mismas repeticiones y con el mismo peso: debes cambiar el peso con el que trabajas cada dos semanas. El cuerpo se va acostumbrando y lo que le parecía pesado pronto ya no lo será, así que debes aumentar el peso de tus mancuernas a medida que pasa el tiempo.
- Cambia tus rutinas de ejercicios: la diversidad en tus entrenamientos te ayudará a trabajar otros músculos, evitando que te estanques. Recuerda que los músculos se acostumbran rápido, así que trata de cambiar la rutina de ejercicios cada 15 días. Así asegurarás la estimulación de todas las fibras.
- No te olvides de las pesas: muchas personas con su afán de rebajar o bajar de peso se concentran en el cardio y deja a un lado las pesas, sobre todo las mujeres, porque creen que van a crecer como un hombre. Las pesas son unas de tus más fieles aliadas a la hora de que busques una armonía en tu cuerpo: éstas aceleran el metabolismo y hacen crecer masa muscular, lo que hace que quemes más calorías estando en reposo.
- No comer antes y después de entrenar: el ingerir alimento antes de hacer ejercicio es fundamental. Esta es la gasolina que tu cuerpo necesita para hacer un buen trabajo, sin ella simplemente será un esfuerzo perdido porque en vez de aumentar masa muscular que moldea tu cuerpo, te comerás el músculo y será peor el remedio que la enfermedad.