Cuando hablamos de inflamación abdominal no nos referimos a “gordura”, sino que aun cuando tengas poca grasa abdominal y estás en forma puedes tener esta grasa. Apenas uno se despierta suele estar completamente plano, pero a medida que va pasando el día, cuando vamos tomando agua y consumiendo un poco de sal se va hinchando.
Los factores que hacen que sintamos el abdomen inflamado son, por supuesto, una alimentación mala, comer harinas refinadas, alimentos procesados, calorías vacías, etc. Y aunque llevemos un estilo de vida saludable, existen alimentos que hacen que nos hinchemos. Por ejemplo, los lácteos.
Hay personas que son intolerantes a ciertos alimentos y tienen una respuesta inmunológica. Generalmente causan pesadez, problemas gástricos, entre otros. Si tu cuerpo consume demasiado algún nutriente esto hace que se vuelva intolerante a estos.
Debes aprender a conocer tu cuerpo, observa bien cómo reacciona al ingerir ciertos alimentos. Hay vegetales que, aunque son supersaludables producen reacciones desagradables, como gases, entre ellos el brócoli, las coles de la Bruselas, la col, etc. También las sacarinas o edulcorantes pueden producir inflamación en el abdomen al igual que el chicle.
La falta o exceso de fibra puede hacer que se hinche el estómago. Debes beber abundante agua, esto contribuye a que la fibra se mueva y evite que los intestinos sufran algunos estragos.
El pasar mucho tiempo sin comer puede jugarte en contra, porque los jugos gástricos no hacen correctamente su proceso y puede conllevar a una gastritis y, por supuesto, inflamación abdominal.
Debes disfrutar lo que comes, masticando bien la comida. Recuerda que la digestión comienza desde ese paso. Tu cuerpo debes respetarlo y darle lo que necesita, observando qué le favorece y qué lo perjudica.