- Eleva azúcar (glucosa) en la sangre, y por ende insulina, y cuando esta hormona está elevada no quemas grasa, sino que la acumulas, sobre todo en el abdomen.
- Hace que la entrada de la glucosa en tus células se dificulte.
- Interfiere con las funciones del sistema inmunológico, te enfermas má
- Incrementa tu apetito y tu ansiedad por los carbohidratos.
- Reduce tu capacidad para quemar grasa.
- Hace que tus células sean menos sensibles a la insulina, es decir, mucho estrés te hace propenso a padecer de resistencia a la insulina.
- Causa desbalances hormonales reduciendo tus niveles de DHL, testosterona, hormona de crecimiento y tiroides. Si esto sucede tendrás serios problemas con tu peso.
- El estrés incrementa notablemente la grasa abdominal y te hace más propenso a tener el hígado graso.
- Incrementa tus triglicéridos.